La adaptación debe entenderse como el conjunto de acciones y decisiones desarrolladas en procura de enfrentar impactos ocasionados por los cambios del clima sobre la vida y la salud de las personas, los asentamientos humanos, los medios de vida, los ecosistemas, la infraestructura y demás sistemas humanos o naturales expuestos ante diversas amenazas climáticas. A través de la adaptación se busca reducir la vulnerabilidad e incrementar la capacidad de afrontar dichas amenazas y recuperarse de sus efectos.

El Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) define a la adaptación como un proceso de ajuste al clima real o proyectado y sus efectos. En los sistemas humanos, la adaptación trata de moderar o evitar los daños o aprovechar las oportunidades beneficiosas. En algunos sistemas naturales, la intervención humana puede facilitar el ajuste al clima proyectado y a sus efectos.

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